Una vela frágil y débil se sostenía con dificultad sobre ese insípido yogur. Poco a poco la vela se iba consumiendo e iba perdiendo luz, al igual que aquella chica que costosamente soplaba para poder apagarla.
Era su diecisiete cumpleaños y nadie hubiera podido decir, que aquello fuera una celebración. La vida se le escapaba de las manos, al igual que se escapaba el humo de la vela ya apagada.
Todo el mundo la miraba sin saber bien lo que pasaba, pero el frío que ella desprendía a todo el mundo le llegaba.
Había algo que la consumía y la atormentaba, que le quitaba las pocas energías que le quedaban y que le volvía completamente loca, era ese torbellino lleno de gritos, desprecios, números y cálculos.
Todo empezaba a girar cuando el torbellino llegaba. La realidad perdía todo su sentido, alguien entraba en su cabeza y todo lo destrozaba. Aquello que durante años había construído, se rompía entonces en pedazos.
Esa fuerza tan voraz, que iba poco a poco acabando con ella, la dominaba, la mataba. No le dejaba reir, no le dejaba sentir, no le dejaba vivir.
Su principal obsesión: la comida.
Había sido siempre la chica perfecta, pero aquella perfección malvada, la destrozaba ahora. Sus referentes se desplomaban, sus obsesiones aumentaban.
Era un pulso difícil de vencer, pero ella nunca se lo permitió. Ya que hubo una pequeña llama que persistió y logró mantener su lucidez de vez en cuando. Era la llama del amor de los más cercanos. Una llama que la mantenía viva.
Momentos fríos y solitarios se sucedieron aquel año. La coraza que la cubría, la aislaba del mundo. A veces eran momentos largos, otros no tantos, pero todos ellos llenos de gritos, llantos y dolor. Eran gritos de desesperación por verse perdida, invadida, sin saber cómo salir de ahí. Momentos que la ahogaban y destrozaban a los de su alrededor.
Era un mareo contínuo. Mareo de números, calorías y grasas, que la hacían detestar cada bocado que probaba. Todo sabía mal, todo se pesaba, todo se calculaba. La balanza fue su fiel compañera durante aquel año, fue para ella su cimiento, pero en realidad era su mayor traidora.
Murmullos, gestos, risas se entonaban allí por donde ella entrara. No era de extrañar, ¿qué harías tú si vieras a un saco de huesos pasar a tu lado?
Pero hubo un día, un día en el que ella decidió agarrarse fuertemente a la vida. Luchó contra aquella fuerza que invadía su interior y que la estaba dejando sin calor. Así que agarró la mano de los más cercanos y ganó la dura batalla contra la obsesión, contra la perfección. Fue el año de los 17, un año que ya nunca más volverá, pero que la hizo realmente cambiar.
Breve historia de la anorexia
Aunque el mundo parezca que por momentros se rompe, coge fuerzas y ponle una gran tirita, ya verás cómo cicatriza...
Macaco, "Mundo roto"
El otro día me llegó este email, y la verdad que merece la pena leerlo. Para todas mis queridas ballenas...
Hace unos días, en una ciudad de Francia, un cartel, con una joven espectacular, en el escaparate de un gimnasio, decía:
'ESTE VERANO ¿QUIERES SER SIRENA O BALLENA?'
Dicen que una mujer joven-madura, cuyas características físicas no han trascendido, respondió a la pregunta publicitaria en estos términos:
Estimados Srs :
Las ballenas están siempre rodeadas de amigos (delfines, leones marinos, humanos curiosos). Tienen una vida sexual muy activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas a las que amamantan. Se lo pasan bomba con los delfines poniéndose moradas de camarones. Juegan y nadan surcando los mares, conociendo lugares tan maravillosos como La Patagonia , el mar de Barens o los arrecifes de Coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta graban CD's. Son impresionantes y casi no tienen más depredador que los humanos. Son queridas, defendidas y admiradas por casi todo el mundo.
Las sirenas no existen. Y si existieran harían colas en las consultas de los psicoanalistas argentinos porque tendrían un grave problema de personalidad '¿mujer o pescado?' No tienen vida sexual porque matan a los hombres que se acercan a ellas, además por donde?. Así que tampoco tienen hijos. Son bonitas, es verdad, pero solitarias y tristes. Además ¿quien querría acercarse a una chica que huele a pescadería?.
Yo lo tengo claro, quiero ser ballena.
PD : En esta época en que los medios de comunicación nos meten en la cabeza la idea de que solo las flacas son bellas, prefiero disfrutar de un helado con mis hijos, de una buena cena con un hombre que me haga vibrar, de un café con pastas con mis amigos. Con el tiempo ganamos peso porque al acumular tanta información en la cabeza, cuando ya no hay más sitio, se reparte por el resto del cuerpo, así que no estamos gordas, somos tremendamente cultas. Desde hoy cuando me vea el culo en el espejo pensaré, madre mía, lo lista que soy.......
Mando un grito de ánimo y esperanza a toda aquella que esté pasando por el infierno de la anorexia o la bulimia. Sed fuertes y agarraos con fuerza a todos aquellos que de verdad estén cerca. SE SALE DE ESTO.
Girasol
